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SAN COSME Y SAN DAMIÁN

Un whatsapp de un amigo a última hora del sábado preguntándome si quería ir a dar una vuelta al día siguiente y enseguida me pongo de acuerdo con él, hora, quien va a buscar a quien, volvemos a comer a casa....

 

Hacía días que no salía por ahí y ya tenía ganas. En principio dudamos a donde ir y decidimos ir a dar una vuelta por la cercana Sierra de Guara, concretamente nos decidimos ir hasta la Ermita o Santuario de San Cosme y San Damián y luego andar un poco más hasta el Huevo de San Cosme.

 

A las 9:20 dejamos el coche en el aparcamiento que hay delante del dique del Embalse de Vadiello. El día esta gris, bastante gris y amenaza lluvia, seguro que no pasaremos calor.

 

Pasamos por encima del dique y seguimos una ancha pista. Nos paramos un momento a fotografiar el embalse.

 

Seguimos y llegamos al cruce de un sendero a la izquierda del camino. Tomado ese sendero, inmediatamente te encuentra con una construcción que resulta ser el Esconjurandero. Según he leído estas construcciones se empleaban en para esconjurar (conjurar) tormentas, plagas y otros peligros que amenazaban las cosechas.

 

Un vez realizadas las oportunas tomas fotográficas seguimos por la senda.

 

La senda nos conduce descendiendo hacia un húmedo barranco que habra que cruzar para llegar al santuario o ermita de San Cosme y San Damián.

 

Miro a un lado y a otro para ver si distingo algo de flora, pero no veo nada que me llame la atención para fotografiar a no ser que sea el espeso y desordenado bosque.

 

Llegamos al fondo del barranco y con mucho cuidado para no mojarnos los pies lo cruzamos. A nuestra derecha divisamos tras la espesura una especie de cascada. Nos acercamos y vemos que tiene posibilidades de fotografiar. Aunque la ocasión merecía poner la Full Frame, por no cambiar el objetivo y la cámara que ya los llevaba al cuello, hago las fotos con la APSc y pierdo ángulo, pero me da igual...

 

Por fin llegamos a la ermita. El camino se nos ha hecho corto y ameno.

 

Según pone en el panel informativo, "Este gran santuario está dedicado a los santos mártires Cosme y Damián, hermanos y médicos de profesión, siendo los patrones de los médicos y cirujanos. Eran hermanos gemelos, nacidos en Arabia, estudiando las ciencias en Siria llegando a distinguirse como médicos practicando su profesión sin aceptar pago alguno por sus servicios..."

 

 

Nos entretenemos mirando a través de la verja de la puerta, pues está cerrada y no se puede acceder al interior. Así que continuamos, ya en busca del Huevo de San Cosme.

 

De camino hacia el Huevo nos encontramos con la ermita de la Fuensanta, lugar indicado para aprovechar sus instalaciones para descansar y echar algún bocado. No es nuestro caso pues el camino y el esfuerzo realizado hasta ese punto no ha sido de mucho desgaste. Eso si, aprovechamos para echar un trago de sus "santas aguas".

 

Seguimos la pista forestal y pasamos delante de alguna construcción en ruinas y en una de las curvas, creo que es la ermita de la Virgen de la Fabana. Así hasta llegar al desvío hacia el Huevo, abandonando la pista forestal y tomando un ascendiente sendero.

 

Tras el ascendiente sendero la caminata se alivia al llegar a un plano que atraviesa un bonito encinar que no abandonaremos hasta los mismo pies del Huevo de San Cosme, formación del tipo de los típicos mallos habituales de la Sierra de Guara. No soy aficionado a la escalada, pero me pareció un buen sitio para su práctica o iniciar su práctica, al o ser tan elevado como otros. Nos caen unas gotas de lluvia.

 

Tenemos que volver unos metros por la senda de acceso para desviarnos hacia el barranco y desde este lugar tener una visión más abierta y clara y poder fotografiarlo fuera del bosque de encinas.

 

 

Toca volver y lo hacemos por el mismo camino andado, renunciando a hacer la circular  que es un poco más larga, pero hemos quedado en volver a nuestros hogares a la hora de la comida y el tiempo se hecha encima. Nos vuelve a caer algo de lluvia. Afortunadamente es poco. 

 

Aún nos entretenemos con un Reyezuelo listado que mi compañero se empeña en querer fotografiarlo sin conseguirlo. También aprovechamos para fotografiar los mallos de Vadiello que ahora nos caen de cara conforme nos acercamos a la presa.

 

Una buena caminata con un mejor compañero, Joaquín Guerrero.

 

Las fotos han sido tomadas con una cámara Sony a6500 y una lente Sony 18-135, todas a pulso. Se agradece la estabilización del cuerpo de cámara que te permite dejar el trípode en el coche y aliviar la carga durante la travesía.

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